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con el aire y el sol


Ni en invierno España se libra de la sequía. Aunque estamos en plena época de lluvias, hay cuencas hidrográficas donde los embalses permanecen por debajo del 30% de su capacidad, como ocurre en ciertas regiones del sur. Hace unos días los pantanos de la provincia de Córdoba estaban a solo el 15,31% de su capacidad y en la cuenca del Segura no llegaban al 20%, con 171 hm3 menos que el año pasado por estas fechas. La compañía Kumulus se ha propuesto hacer más llevadera la escasez de lluvias y combatir de paso la contaminación con plásticos. Cómo: aprovechando la humedad atmosférica para lograr una fuente alternativa de agua potable.

A su sistema lo han bautizado Kumulus-1.

Repasando las cifras. Lo hemos comentado en otras ocasiones. Aunque solemos referirnos a este nuestro planeta como “azul” o incluso como “un punto azul pálido” en el universo, al decir de Carl Sagan, en la Tierra no todos tienen el suministro de agua garantizado. Las cifras de Naciones Unidas reflejan que hay 2.200 millones de personas sin acceso a un suministro fiable de agua potable y, al menos hace dos años, alrededor de 1.700 millones se veían obligadas a recurrir a fuentes contaminada con heces, con los riesgos que una práctica así conlleva.

Las cifras y el problema que representa la sequía a escala global son de tal calibre que desde hace tiempo hay investigadores e industria explorando nuevas formas de reforzar el suministro de agua, un esfuerzo notable que les ha llevado a apostar por el uso de modernas desalinizadoras y, de forma especial, generadores de agua atmosférica que centran su atención en el líquido que se incorpora a la atmósfera durante el ciclo del agua. Tienen razones para hacerlo. Según cálculos del USGS, supone el 0,001% de todo el agua y alrededor del 0,04% del líquido dulce.

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La propuesta de Kumulus-1. Kumulus-1 es un generador de agua atmosférica, conocido también como AGW por sus siglas en inglés, y lo que hace básicamente es operar como una especie de deshumidificador capaz de aportar agua potable. Sus responsables estiman que en un solo día es capaz de aportar entre 20 y 30 litros de un líquido que, reivindican, es saludable y apto para el consumo. Además aseguran que la máquina cabe en un cubo de apenas un metro cúbico y, si se equipa con un paquete de energía solar, puede funcionar de forma autónoma. Su aspecto es el de una ánfora y pesa aproximadamente 60 kilos, lo que facilita su transporte.

En su web la compañía explica que está ultimando la certificación CE y que, a la espera de lograrla, ha empezado a recoger pedidos anticipados. “Una vez se logre la etiqueta CE empezaremos a entregar máquinas. Además de la CE, nuestra agua es analizada casi a diario por reconocidos laboratorios externos para confirmar que cumple con los requisitos de la OMS, los estándares de agua potable de la UE y las normas de los países en los que operamos”, comentan sus responsables. Al margen de la calidad del agua, deslizan que su propuesta permitiría reducir una de las principales fuentes de contaminación plástica: las botellas de usar y tirar.

Humedad y energía solar. Dos conceptos que la compañía subraya con frecuencia. “En Kumulus diseñamos, fabricamos y operamos máquinas que crean agua potable usando energía solar y la humedad del aire. Nuestras máquinas están conectadas digitalmente y se pueden controlar en remoto, ofreciendo la opción de un acceso descentralizado y totalmente autónomo al agua potable”, detalla la firma antes de subrayar  que su dispositivo puede manejarse con control remoto, es fácil de transportar, instalar y usar y puede aportar entre 20 y 30 litros diarios.

“Además de capturar la humedad del aire, tratamos el agua recolectada con múltiples filtros, agregamos sales minerales para que sea segura para el consumo y luego la pasamos a través de un filtro UV justo antes de salir del grifo para acabar con las bacterias”, añade Mohamed Ali, cofundador del proyecto franco-tunecino con sede en Túnez, París y Madrid, en declaraciones recogidas por la cadena gala France24. “Hemos colocado sensores en toda la máquina para recibir datos y ajustar el tratamiento del agua en función de la calidad del aire”.

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¿Cómo funciona? Kumulus-1 tiene detrás un equipo liderado por Iheb Triki, ex asesor del Ministerio de Energía de Túnez y con una larga experiencia en el campo de las renovables, y Mohamed Ali Abid, ingeniero formado en la prestigiosa Ecole Polytechnique. Para explicar cómo opera su dispositivo AGW lo comparan con un deshumidificador, aunque con matices importantes. En general, garantizan que, incluyendo el valor de la máquina, su mantenimiento y la energía, el agua de Kumulus-1 será entre un 20 y 30% más barata que la mineral embotellada.

“Las Kumulus tienen muchas similitudes con los deshumidificadores. Pero si entramos en detalles, la cantidad de diferencias hacen que la comparación resulte inexacta. Los Kumulus producen agua potable. Eso significa escoger componentes que sean aptos para estar en contacto con el agua potable e implementar múltiples procesos de filtración y mineralización”, explica la firma. A mayores, su tecnología incorpora una plataforma con algoritmos predictivos un control inteligente del consumo de energía y también un sistema para su control remoto.

Pensada para ambientes áridos. Los dispositivos AGW se encargan de conseguir agua apta para el consumo humano del aire húmedo, una fuente valiosa de suministro. A modo de referencia el United States Geological Survey explica que si todo el agua de la atmósfera lloviera a la vez cubriría el globo hasta alcanzar los 2,5 cm de profundidad. Para aprovecharla Kumulus-1 incorpora varios filtros de diferentes tipos, incluidos los que se encargan de prevenir el paso de bacterias y partículas. Sus máquinas se conectan además a través de WiFi, BlueTooth o datos móviles y los propios dispositivos se encarga de monitorizar sus componentes.

Sobre dónde debe o no emplearse, la compañía precisa que Kumulus-1 puede operar en el desierto. “Nuestras máquinas están diseñadas para las condiciones climáticas mediterráneas, que es un ambiente relativamente árido —señalan sus responsables—. Sí, nuestras máquinas producen agua en el desierto, sin embargo para estar seguros de los niveles esperados podemos realizar un análisis basados en las condiciones específicas”. Kumulus ha participado de hecho en un programa para llevar agua apara el consumo a zonas remotas de África y a mediados de 2023 instaló cuatro de sus ánforas alimentadas con energía solar en Kebili, Túnez.

Imágenes: Kumulus Water (X) y Kumukus Water (LinkedIn)

En Xataka: La desalinización siempre ha sido la gran promesa contra la sequía y a la vez demasiado cara. Hasta ahora





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