A los científicos dedicados al estudio del cangrejo de las nieves no les salían las cuentas. O peor, sí que les salían, pero lo que mostraban era un disparate. Sus datos del censo de 2021 indicaban que en las aguas del mar de Bering “faltaban” muchos, muchísimos, de estos peculiares crustáceos (Chionoecetes opilio) muy apreciados en la industria pesquera. La caída de población en la región era tan descomunal, tan inasumible y desconcertante, que los científicos hicieron algo poco habitual: cruzaron los dedos para que sus cuentas estuviesen erradas.
Pero no, no estaban equivocados.
¿Están estos cálculos bien? Una pregunta tal que así fue la que se hicieron los científicos que hace unos años estudiaron el censo de cangrejos de las nieves de la costa de Alaska. Se lo confesaba hace poco a la CNN Cody Szuwalski, biólogo pesquero de la NOAA (Administración Oceánica y Atmosférica) de EEUU: “Cuando recibí los datos de la encuesta de 2021 vez me quedé boquiabierto”.
Tan sorprendentes eran, o mejor dicho, tan demoledor resultaba su cálculo de pérdida de ejemplares, que Suzwaksi y sus colegas cruzaron los dedos para que fueran fruto de una metedura de pata. “Todo el mundo esperaba y rezaba para que se tratara de un error y que el año siguiente se vieran más cangrejos”. ¿Problema? Llegó 2022. Y sus estadísticas fueron de todo menos tranquilizadoras. Obligaron a los biólogos a resignarse y asumir que tendrían que responder algunas incógnitas.
Pero… ¿Qué mostraban las cifras? Una auténtico “pinchazo” en el censo de cangrejos de la nieve, un crustáceo que suele encontrarse en las profundidades del noroeste del Atlántico y el norte del Pacífico y que es muy apreciado en la cocina por el sabor de su carne. Royal Greenland precisa que su hábitat se distribuye por la costa de Alaska, Canadá y el mar de Barents y suele figurar entre las capturas de los pescadores locales de la coste oeste de Groenlandia, Terranova y Canadá.
El alcance de esa pérdida lo conocemos ahora gracias a un artículo publicado por Suzwaksi y otros de sus colegas de NOAA en la prestigiosa revista Science. Su título es clarificador –”El colapso del cangrejo de las nieves del este del mar de Bering”- y sirve de anticipo a la cifra que sueltan ya en la introducción: “Entre 2018 y 2021 […] la población de cangrejo de las nieves en el mar de Bering disminuyó en 10.000 millones”. Sí. Has leído bien, 10.000 millones de ejemplares.
¿Qué había pasado? He ahí la clave. ¿Habían migrado los cangrejos hacia nuevas aguas? ¿Se habían mudado a profundidades aún mayoers? ¿O se había registrado una enorme mortandad? Y si era así… ¿Por qué, por sobrepesca, por el hostigamiento de otros depredadores, a causa de oscilaciones en el clima? Los investigadores barajaron diferentes opciones, pero todo indicaba que la explicación era la peor de las posibles: “Dadas las observaciones, la mortalidad es probablemente la responsable de la mayor parte del colapso”.
¿La razón? Primero porque las poblaciones de otra especie similar, el cangrejo Tanner, parecían crecer. Segundo, porque los estudios realizados en el norte del mar de Bering no arrojaron resultados que permitieran pensar en una migración de los ejemplares que faltaban hacia nuevas latitudes. Y tercero, porque tampoco se encontraron pruebas de que los crustáceos se hubiesen “fugado” a otras regiones, como las aguas rusas, o a mayores profundidades.
Si aquello no era suficiente, la investigación no mostró tampoco “una fuerte conexión” entre los cambios en la población de cangrejos y otros posibles factores, como la pesca de arrastre, la depredación, el canibalismo o las enfermedades.
¿Entonces cómo se explica? Esa es la pregunta que se propusieron responder Cody Suzwasksi y sus colegas. Con la estimación de bajas clara tocaba analizar el contexto y los investigadores se dieron cuenta de que este llegaba condicionado por dos grandes factores: esa pérdida de población en Bering había estado precedida por “un período de abundancia históricamente alta de cangrejos” y coincidía con una serie de olas de calor marinas notables registradas durante 2018 y 2019.
“El cangrejo de las nieves se asocia generalmente con aguas frías, pero puede vivir en aguas de hasta 12ºC en el laboratorio. Durante 2018 y 2019 se produjo una ola de calor marino en el mar de Bering y la ‘piscina fría’, una masa de agua inferior a 2ºC en el fondo marino con la que se asocian los cangrejos de las nieves juveniles, estuvo ausente durante ese período”, detalla el estudio de Science. ¿Sería esa la explicación de que el censo de crustáceos marcase “mínimos históricos” en 2021 o habría otros factores que llegaron a ponerse sobre la mesa, como la sobrepesca?
¿Cómo se explica entonces? Para responder a aquella cuestión el equipo de NOAA recurrió a modelos informáticos con datos de temperaturas, estudios de población y capturas. Una de las conclusiones más interesantes que obtuvieron fue que tres años antes de aquel misterioso colapso el censo de cangrejo de las nieves había alcanzado “máximos históricos” gracias en parte a las buenas condiciones que se dieron en el océano. Otro dato relevante es que los crustáceos ocuparon un área más reducida de lo normal, por lo que estaban bastante más concentrados.
Ese era el escenario cuando entró en juego la ola de calor y las temperaturas del agua se elevaron. Si bien los cangrejos de las nieves suelen asociarse a aguas frías, de 2ºC, las pruebas en laboratorio muestran que son capaces de sobrevivir en entornos mucho más cálidos. El problema es que cuando eso ocurre puede acelerarse su metabolismo. Tanto, que como recuerda Science News sus necesidades calóricas casi se duplican cuando el agua pasa de 0 a 3ºC.
¿E influyó eso? Sí. Mayor necesidad de alimentos y menor espacio pudieron afectar de forma decisiva a la población de cangrejos. “Las demandas calóricas sin precedentes, junto con un área reducida para buscar alimentos en comparación con zonas históricas, sugieren que el hambre probablemente jugó un papel en la desaparición de más de 10.000 millones de cangrejos de las nieves”, detallan los expertos. Otro buen indicador es que en 2018 el peso promedio de un cangrejo con un caparazón de 75 mm de ancho marcaba 156 g, 25 g menos que en 2017.
¿Qué dicen los investigadores? Tras barajar diferentes opciones, los investigadores acabaron llegando a una conclusión rotunda… y preocupante: la clave de aquella desaparición de millones de cangrejos en el mar de Bering parecía ser la mortandad. Y esta podía relacionarse en último término con los efectos del alza de temperaturas. Tanto por su impacto en la alimentación de los crustáceos como —detalla la CNN— porque la ola de calor pudo favorecer que el bacalao del Pacífico se desplazase a las aguas donde vivían y se alimentara de ellos.
“El efecto de la ola de calor resultó enorme. Cuando llegó, se creó una gran hambruna. Es posible que otras especies se hayan trasladado para aprovecharlo y luego”, señala Kerim Aydin, coautor del artículo de Science y biólogo de NOAA, y si bien reconoce que tras el aumento de temperaturas las cosas han podido “volver un poco a la normalidad”, a la población de crustáceos le queda todavía “un largo camino por superar” tras el golpe sufrido a lo largo de los últimos años.
¿Es “solo” un problema medioambiental? No. La pérdida de cangrejos de las nieves tiene también una clara y preocupante vertiente económica. Los autores del informe recuerdan que solo entre 2020 y 2021 se registraron 59 barcos dedicados a la pesca de estos crustáceos, una actividad que se tradujo en 227 millones de dólares. “La desaparición del cangrejo de las nieves supondrá un golpe asombroso para algunas comunidades de la Alaska rural, como las de la isla de Saint Paul”, señalan los investigadores. Science News señala también los millones de dólares que ingresan cada año las pesquerías de la zona gracias al crustáceo.
¿Y qué podemos aprender? Los investigadores no se limitan a apuntar a la influencia de las “olas de calor”. En su artículo van más allá y aluden directamente y en varias ocasiones al calentamiento global, dejando un aviso a navegantes: “El cambio climático es la próxima crisis existencial para la pesca, y el cangrejo de las nieves es un excelente ejemplo de lo rápido que pueden cambiar las perspectivas”.
De hecho las expectativas de 2018 eran distintas y pasaban por que las capturas aumentasen hasta alcanzar nivele que no se veían desde hacía décadas. La realidad ha resultado ser otra: “Tres años después la población se había desplomado”.
Imágenes: Boris Kasimov (Flickr) y Totti (Wikipedia)