Cuando hablamos de juegos de rol en general, es fácil olvidarse que esa descripción puede englobar los juegos de mesa que se juegan con figuras. Ya sea para tener una visión o perspectiva más ”palpable” de lo que hacen nuestros personajes o sólo por el placer del coleccionismo, es una delicia admirar las estampas que nuestros alter egos de resina o plomo conforman en una partida de D&D, Infinity, o cualquier otro juego que pueda incluir este tipo de presentación.
Un ejemplo de compañía que ha sido la voz cantante en este departamento es Games Workshop con sus juegos de mesa. Precisamente, el que inició la fiebre y el ”monstruo” que es a día de hoy Warhammer 40K es Rogue Trader, así se conoció la primera versión del mundialmente famoso ‘wargame’ de mesa del sombrío y oscuro futuro donde sólo hay guerra. Las andanzas de esta IP en el mundo de los videojuegos han encontrado sus mejores exponentes en los RTS con sagas como Dawn of War, pero hay muchas mas y algunas de ellas centradas en el género RPG. Y si no habéis probado el ”nuevo” Rogue Trader, ya os digo que os estáis perdiendo un juego estupendo.
Un RPG denso pero muy rico en detalles y trama
Lanzado a finales de 2023, Rogue Trader es un RPG clásico ambientado en Warhammer 40K y que nos permite encarnar a lo que se conoce en su lore como un ”Comerciante Independiente”, un agente del Imperio de la Humanidad con un séquito y su propia nave que viaja por los sectores del Imperium atajando los problemas que asolan los mundos que necesitan ayuda.
La belleza del concepto de Rogue Trader es que podemos hacer nuestro personaje al gusto y al milímetro, definiendo su trasfondo, hoja de personaje y habilidades y tomando decisiones que perfilarán el resto de la partida. Esa personalización se extiende al séquito, compuesto de agentes de otras ramas del Imperio, desde integrantes de la Armada Militar ”Astra Militarum”, pasando por Hermanas de Batalla, Psíquicos autorizados, y hasta miembros de algunos capítulos del Adeptus Astartes (los Marines Espaciales).
Owlcat Games fue minuciosa hasta rayar lo obsesivo a la hora de plasmar el universo de Warhammer 40K en su juego; a través de sus escenarios, diálogos, habilidades de nuestros agentes, escenarios y enemigos… Los que sean ávidos lectores de las novelas de Dan Abnnet o de los otros autores de la Black Library de Games Workshop o a los códex de las razas del juego de mesa no pararán de encontrar referencias a ellas en sus partidas.
Una jugabilidad pausada y ágil a la vez
En lo jugable, como muchos de sus coetáneos, Rogue Trader recuerda y mucho a grandes RPG del momento como Baldur’s Gate 3, como plasmaba Alberto Lloria en su análisis del juego. Aunque también reconoce trazas en lo jugable durante sus combates de otros grandes de otros géneros como XCOM. Personalmente yo creo que está en un término medio: una réplica digital casi perfecta de esas partidas con figuritas sobre una mesa de las que os hablaba al principio de estas líneas.
Es precisamente esa carga estratégica y que combina los elementos tradicionales de los juegos de Rol lo que lo hace tan especial, y un imprescindible para todo fan de WH40K o los RPG clásicos que se precien. La profundidad jugable tambien se extiende a su trama, orgánica y que responde a nuestras acciones, como el GOTY de 2023 firmado por Larian Studios. Como guinda del pastel, ha recibido contenido adicional que extiende sus ya de por si largas 55 horas como mínimo de duración, con un DLC (Void Shadows) que añade un nuevo agente, y extiende su historia 15 horas más.
Si aún no lo habéis probado, no os lo tendré en cuenta si dejáis de leer aquí y ahora y acudís raudos y veloces a Steam para haceros con él. Y si sois suscriptores al Game Pass ¿qué hacéis aquí en vez de estar dándole caña?
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