Si hace un año nos hubieran pedido que hiciéramos una lista con las compañías de inteligencia artificial (IA) más importantes del momento, no habríamos dudado ni un instante en incorporar a Google en algún lugar. El gigante del Mountain View llevaba décadas trabajando en esta disciplina y, por si esto fuera poco, había conseguido materializar parte de sus avances en el buscador, su sistema publicitario y teléfonos Pixel.
La firma dirigida por Sundar Pichai también tenía algunos de los laboratorios de investigación en la materia más destacados, entre ellos el de DeepMind, una renombrada compañía británica adquirida en 2014. Sin embargo, el 30 de noviembre de 2022 fue superada de manera extraordinario por una startup mucho menos conocida. La compañía era OpenAI y su nave, por así decirlo, era su bot de IA ChatGPT.
Cuando una compañía llamada OpenAI hizo saltar las alarmas en Google
En un abrir y cerrar de ojos, todo el mundo estaba hablando de la startup liderada por Sam Altman y, mientras tanto, en Google se hablaba de “códigos rojos” frente a lo que acababa de suceder. OpenAI se había animado a hacer lo que posiblemente nadie en el Googleplex se habían planteado en el corto plazo: lanzar al público y de manera gratuita un chatbot de IA incluso cuando tenían la tecnología.
Para colmo, una parte esencial de GPT-3.5, el corazón de ChatGPT, eran los modelos Transformers desarrollados por la propia Google, y cuyo enfoque podemos observar en un artículo publicado por sus investigadores en 2017 titulado ‘Attention is All you Need’. Incluso frente a este escenario, Pichai profesaba la moderación dentro del gigante tecnológico y buscaba dar pasos contenidos.
Mucho se ha especulado durante todo este tiempo sobre por qué Google decidió elegir este camino. Ahora bien, qué mejor que analizar el punto de vista de una de las personas que vivió en primera persona la compañía. Estamos hablando de Gaurav Nemade, el máximo responsable de producto de Google AI y Google Brain que ha participado del podcasts ‘Big Tech War Stories’. Vamos qué nos cuenta.
Según el especialista, reconocido por sus contribuciones al modelo LaMDA y tecnologías de PNL, la opinión pública fue una de las principales razones por las que Google no llegó antes que OpenAI con su propio chatbot conversacional. Recordemos que a mediados del año pasado un ingeniero de Google estuvo en el centro de la polémica por chatear con un programa basado en LaMDA.
Blake Lemoine aseguraba que el chatbot de Google, disponible de manera exclusiva para miembros del laboratorio del gigante tecnológico, tenía cierta conciencia. Lemoine publicó las charlas, generó revuelo y acabó despedido. Este tipo de situaciones que puede comprometer la imagen y reputación de Google no parecían ser del agrado de la firma, algo que, según Nemade, era diferente en OpenAI.
El ahora cofundador de su propia empresa de IA señala que a los creadores de ChatGPT no les importaba en lo más mínimo presentar sus relaciones públicas. Ahora bien, si ponemos en contraste estas declaraciones con la naturaleza de cada una de las empresas en cuestión podemos obtener una punto de vista interesante: de un lado tenemos a una startup que posiblemente buscaba exposición pública.
Una startup que había recibido una importante inyección de dinero por parte de Microsoft, pero que después de todo era su nombre el que aparecía relacionado a sus avances. Del otro lado, Google, una compañía con décadas de historia y, sobre todo, que cotizaba en bolsa. Este último punto es muy importante, porque en cada movimiento también debe rendir cuentas a sus inversores, en las buenas y en las malas.
En Google tenían muy presente lo que había pasado hace tiempo atrás con Tay, el chatbot de Microsoft que llegó en marzo de 2016 y que nos permitía charlar con él a través de Twitter. Aquel experimento duró muy poco tiempo dado que la IA empezó a dar respuestas racistas. Aquella experiencia dejó en claro que las Big Tech tenían todavía mucho trabajo que hacer con sus proyectos de IA conversacional.
Para Nemade, si algo se sale de control en OpenAI, es parte de su filosofía hacer los ajustes necesarios sobre la marcha. En Google, no obstante, han preferido evitar ese tipo de situaciones. Así que ahora vemos cómo las compañías han optado por tomar caminos diferentes, pero en cierto modo ambas están en carrera por ser líderes en el nuevo mundo de la IA. Google ha tardado, pero ya tiene su chatbot.
En febrero de 2023, los del buscador presentaron Bard, un chatbot de IA claramente destinado a rivalizar con ChatGPT de OpenAI y Bing Chat de Microsoft. Y no solo se trata de Google. Ahora estamos presenciando en directo cómo una gran parte de las compañías tecnológicas del mundo están apostando por la IA. Parece que en estos tiempos es más importante que nunca moverse lo suficientemente rápido.
Imágenes: Google | OpenAI