Corría el año 2001 cuando Fred y Betty Goodwin decidieron regalarle a su hijo Joseph un iPod color plata de 5GB. Eso era lo más que uno podía tener por aquel entonces. Era el equivalente a un iPhone 14 Pro Max que había en la época. Costaba 399 dólares y todos lo querían.
Al adolescente Joseph no acabó de convencerle el asunto, pero tampoco quería hacerle el feo a sus padres, por lo que agradeció el gesto, lo metió en su armario junto a la bolsa y el recibo y ahí se quedó 20 años. Un día se acordó de aquello, y a la vista de lo que la gente estaba pagando por ese tipo de cosas, decidió intentar venderlo, y vaya si lo hizo.
Como inversión es inmejorable
Según ha reportado USA Today, un importante medio de comunicación americano, ese iPod se ha vendido en una subasta por 29.000 dólares en la plataforma online Rally. Joseph se lo vendió en 2021 por 23.000, lo que supuso una ganancia de 22.601 dólares respecto al precio que tenía cuando se lo regalaron. De todos modos, teniendo en cuenta que fue un regalo, tampoco sería justo contar su precio original, ya que él no lo pagó.
Tras esa primera adquisición por parte de la casa de subastas online, decidieron exponerlo en un museo de Nueva York y vender 5.000 acciones del producto a razón de 5 dólares cada una. De hecho, este iPod llegó a tener 360 accionistas, por lo que la idea no fue mala.
Hace unos días decidieron subastarlo de nuevo, y un comprador anónimo se ha hecho con él por 29.000 dólares. Nada mal. No nos sorprende teniendo en cuenta las zapatillas Apple que se vendieron por 50.000 euros, o el cheque de Jobs por el que pagaron 23.000. Es más, el propio responsable de la subasta ha explicado que están detectando un importante aumento en la demanda por productos antiguos de la marca:
“Tenemos una figura legendaria, Steve Jobs, que es más grande que la vida y tan misterioso al mismo tiempo. La gente lo considera un genio de la tecnología que impulsó la narrativa y la cultura. Una marca como Apple, que ha sido relevante durante tanto tiempo, desde finales de los 70 hasta ahora, también es algo que los coleccionistas y la gente ven como un nombre que será relevante para las generaciones venideras.”
Desde luego que no se equivoca. No sabemos qué hará este misterioso comprador con el iPod, pero entendemos que lo expondrá en alguna colección privada o un museo abierto al público. Es muy poco probable que siga funcionando por el deterioro de su batería, pero podría ser, y seguro que para muchos supondría un viaje al pasado muy nostálgico, aunque este redactor, curiosamente, todavía no había nacido.